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UNA NACIÓN LIBRE

El 9 de julio de 2020 encuentra al gobierno del Frente de Todos políticamente aislado en el concierto latinoamericano. Sólo algunos bastiones resisten el impetuoso empuje imperialista en Venezuela, Cuba, Nicaragua, pero no parece, por ahora, que haya manera de restablecer el contacto estrecho que debemos recuperar.

 

En idéntica situación, y aún peor, estaban los delegados al Congreso de Tucumán. El país, además, estaba partido en dos por la guerra de la incipiente oligarquía de Buenos Aires contra el federalismo artiguista, que ya había convocado su Congreso del Arroyo de la China, cerca de lo que hoy es Concepción del Uruguay.

 

Y sin embargo, esos hombres, muchos de ellos conservadores y hasta reaccionarios, supieron estar a la altura del momento. Declararon la independencia de las Provincias Unidas en Sud América y publicaron la declaración en español, quechua y aymara. Al revés que el despatriado Mauricio Macri, no le pidieron disculpas a ningún querido Rey.

 

Hoy, un gobierno nacional y popular enfrenta el catastrófico legado del cuatrienio sórdido del régimen oligárquico, la guerra judicial contra América Latina y una peste que ha paralizado al planeta entero. Sepa ese gobierno, como esperamos, tener el coraje de esos hombres de 1816. Que se levante de una buena vez a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación.

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