EN LA CIUDAD: LEANDRO SANTORO
El próximo domingo los porteños irán a las urnas para elegir legisladores locales. La votación se hará en un contexto inédito para el campo nacional en la Ciudad de Buenos Aires. Es la primera vez, desde el triunfo de Mauricio Macri en la elección legislativa de 2005, que el campo oligárquico se perfila como perdedor del comicio puesto que el establishment no logró esta vez generar una candidatura aglutinadora de sus fuerzas, sino que se presenta astillado entre diez listas, desde los pedazos del PRO hasta los de La Libertad Avanza, pasando por la Coalición Cívica.
En un contexto en el que el campo nacional no se ha recompuesto del golpe que significó el triunfo de Javier Milei, y después de varias elecciones desfavorables en el Interior (en gran medida por las erradas tácticas de la conducción nacional del Partido Justicialista), la elección en el distrito capitalino ofrece la oportunidad de poner un alto a la serie de derrotas, recuperar la moral alicaída, generar un polo de reagrupamiento político en la ciudad, y ponerle un alto a la hegemonía indiscutida del PRO en la Legislatura porteña.
Paradójicamente, la posibilidad de un triunfo peronista existe a través de la candidatura del radical Leandro Santoro, al que otros candidatos identificados con dicho movimiento le reprochan su pasado de opositor al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner o lo impugnan por su filiación alfonsinista.
Pero este purismo no ofrece a cambio ninguna lista o candidatura con posibilidades de alcanzar el escenario de primera minoría que, aparentemente, sí obtendrá Santoro el domingo, y omite el hecho de que en el escenario actual no está en discusión únicamente la supervivencia o no del peronismo como movimiento vigente de representación del pueblo argentino. Por el contrario, se trata generar las condiciones necesarias para la supervivencia del pueblo argentino a través de los representantes que desee darse a sí mismo. Sucesivas rupturas, sectarismos e internas mal resueltas arrojaron como resultado el ascenso hasta la presidencia de Macri primero y de Milei ahora.
Por lo tanto, se hace urgente entender esta cuestión para encontrar un rumbo que garantice el reagrupamiento de cara a las elecciones nacionales de octubre, donde, una vez más, la madre de todas las batallas estará en la provincia de Buenos Aires. Es clave que la elección porteña sirva como ensayo para encontrar fórmulas amplias que permitan a todo el pueblo argentino conciliar los diferentes intereses de los sectores que lo componen y ponerle fin a la embestida de la oligarquía personificada en la locura libertaria de Milei y sus seguidores.
El Partido Patria y Pueblo considera entonces que la mejor opción para las elecciones del domingo 18 de mayo en la Ciudad de Buenos Aires es acompañar la boleta de Leandro Santoro.